Aunque septiembre no es el mes idóneo, tomamos camino ilusionados para ver la maravillosa y sorprendente Bassa Verda (es como Tinaja o Vaso verde, entiendo yo).
Y lo es, verde y como un espejo.
Se parte de cerca de Algaiarens, la magnífica playa al Norte de Ciudadela. Pero no es necesario ir hasta ella propiamente para tomar el camino a la bassa. Ese privilegio lo dejamos para otra jornada.
Tras un camino de tierra al uso, con bellos campos, árboles y montes lejanos recortados sobre el cielo limpio y azul, y tras pasar unos abrevaderos de antaño, que sirven de certera referencia, emprendemos una subida no exenta de dificultad, por lo empinada y por la piedras movedizas.
Una vez sufrido este tributo, encontramos la grata sorpresa: la bassa existe, tiene agua en septiembre (este año ha sido muy lluvioso) y es bella como prometían.
Realmente sorprende ese agua en mitad del monte menorquín. En meses primaverales es espectacular, como ya comprobé en otra ocasión.
Y para los privilegiados que escalen un poco más, se divisa un paisaje grandioso de la costa norte.
La vuelta menos dura de lo esperado, y amenizada por la fragante higuera.
Un placer.
|
subida entre pinos y piedras |
|
buscando cómo subir más |
|
sorprendente bassa verde |
|
En primer plano dos caminantes, al fondo tres más casi confundidos con las cañas |
|
En el interior de la fragante higuera |
|
Algunos terminamos en Molí des Recó, lugar siempre a punto para restauran fuerzas. Muchas gracias Molí. |