Repitiendo experiencia Las Cuatro Torres, pero esta vez bien documentada a modo turistas de solemnidad.
Una ruta corta, cómoda, plácida incluso, y sorprendente. Cada vez que hago este camino encuentro nuevos detalles urbanos que divierten y entretienen, a parte de las consabidas insignias de siempre (léase menina). El tráfico ni se siente, se olvida y atempera por las vistas, que pronto serán históricas en esta zona, muy próxima a cambios y remodelaciones que la trastocarán para siempre. Aquí tenemos una instantánea costumbrista del entramado actual. El nombre del lugar, que pronto también será cosa del pasado, evoca a mis rotundas tres hermanas y yo. Un breve homenaje casual e inesperado de la vida.
Una ruta corta, cómoda, plácida incluso, y sorprendente. Cada vez que hago este camino encuentro nuevos detalles urbanos que divierten y entretienen, a parte de las consabidas insignias de siempre (léase menina). El tráfico ni se siente, se olvida y atempera por las vistas, que pronto serán históricas en esta zona, muy próxima a cambios y remodelaciones que la trastocarán para siempre. Aquí tenemos una instantánea costumbrista del entramado actual. El nombre del lugar, que pronto también será cosa del pasado, evoca a mis rotundas tres hermanas y yo. Un breve homenaje casual e inesperado de la vida.
Yo quería esta foto, como todo el MUNDO: chinos, alemanes, estadounidenses, conquenses, catalanes y sevillanos |
Otro icono de Las Cuatro Torres |
Muchos colores |
¡Nos gustan las bolas! |
Celia y el reflejo de una torre en otra |
Aunque cuesta verla, aquí también está Celia, a modo estatua en pedestal |
El puente (ahora dicen pasarela) sobre la Castellana da mucho juego, por un lado Y por el otro |
El depósito del Canal. Ojalá pronto se pueda subir a su tejado para otear más Madrid. |