HORCAJO DE LA SIERRA Y SUS DEHESAS

Acompañando a trialeros que limpian el campo he aprendido vocabulario silvestre: callejas son los caminos del campo rodeados de muros, en uno o ambos lados, que delimitan diferentes explotaciones agrarias. El nombre les viene al pelo, pues callejas son.
Horcajo es el punto de unión de dos cerros, y por aproximación, entendemos que es el cerro mismo. La expresión "sentarse a horcajadas" cobra ahora su pleno sentido (gracias, Chema).
También aprendí este precioso día primaveral, con sol y frío, que el campo hay que cuidarlo, o las las malas hierbas se comen todo. Conviene limpiar  con tino los terrenos y las callejas  en estos lares, para que se pueda pasar por las veredas y disfrutar de paseos que te llevan por riachuelos y pendientes,  y que desembocan en paisajes grandiosos y en dehesas o bosques de árboles dispersos, principalmente hayas.
A ratos el camino es difícil, y conviene ir pisando el agua de arroyo, con lo que una buenas botas son una bendición.
Hubo varios encuentros en el camino, y comida final en el único bar del pueblo de Horcajo, que siendo pequeño y encaramado a un cerro, está muy bien comunicado y al vez mantiene indemne su autenticidad. Que nunca se estropee.

Al llegar había corzos que
huyeron veloces al notarnos
Comienza la caminata en los terrenos
colindantes al pueblo

Bajamos por terraplén a la primera calleja que lleva al pueblo.
Los trialeros al fondo hablando con un lugareño
El mirador desde Horcajo. Aún se veía algún manchón de nieve




Dehesas 



Callejas en pleno campo


El equipo con sus aperos



Desde los caminos ya van cortando punzantes zarzas


                             Dificultades hasta que se cogió el tranquillo.    ¡Casi me doy la vuelta! Pero había que pisar el agua con decisión, como me aconsejaban




Foto posada a lo tradicional

Faenando limpiando la calleja


Los tres en la roca

Pasajes en sombra. Las nubes se movían y aliviaban, pero el sol brilló justiciero toda la mañana