NUESTRA SEÑORA DE HONTANARES DESDE RIAZA

Paseo memorable por la compañía, el reciente concierto en los oídos y el desayuno en la plaza, y sobre todo por la belleza del camino, vibrante de campo y aromas, de recuerdos de la infancia, excursiones teresianas y domingueras de los sesenta y setenta.
Además, culmen total a la llegada: en el prado de la recóndita ermita había una romería de uno de los tres pueblos que se turnan el lugar para celebrar su fiesta. Precioso y entrañable.
El camino de vuelta nos depara aún mayor sorpresa, con bosques frondosos que nos alivian los calores de julio, que estamos empezando.


Todas frente a la ermita de Nuestra Señora de Hontanares