PRESA DE PICADAS. 2018 febrero

 Empecemos esta vez con información de WIKIPEDIA: 
"El embalse de Picadas se encuentra en el extremo suroccidental de la Comunidad de Madrid, en las primeras estribaciones de la sierra de Gredos. Fue levantado en el año 1952 sobre el cauce del Alberche, que, en sus 177 km de recorrido, es retenido en otros tres grandes pantanos. Se encuentra en el término de San Martín de Valdeiglesias. La presa se levanta junto al paraje conocido como Las Picadas, de donde toma su nombre. Aguas arriba, la cola se sitúa al borde mismo de la presa del embalse de San Juan, con el que Picadas forma uno de los complejos hidráulicos más relevantes de la cuenca del Alberche. El embalse queda configurado por una larga y estrecha franja, debido al encajamiento que, en esta parte de su curso, presenta el Alberche"
Una vez culturizados todos, os diré que el paseo es memorable, debido precisamente a la característica de ser compañero continuo del rio Alberche. Se camina a su borde, el río queda abajo y se contempla con deleite durante todo el recorrido. 
Alcanzar la presa, tras traspasar el túnel misterioso y cruzar varios puentes, andando por el agradable camino de tierra batida, es un verdadero placer. 
Placer amenizado por los pocos kayak o piraguas que divisamos, a veces con ocupantes pensativos y solitarios, a veces en parejas, a veces con entusiasmados y jubilosos grupos pequeños, que algún requiebro nos echaron. 
También bastantes bicicletas, pues era día de carrera, un poco irritantes, pero siempre con conductores amables y educados. 
El merecido refrigerio se llevó a cabo en el selecto "Real Club Náutico del Pantano de San Juan", que abrió sus robustas rejas gracias al "peque" Jose, que facilitó a Belén el teléfono del entrañable lugar. Este club rememora con dulzura nuestra infancia, con decoración, servicio, aromas y personajes que parecen confirmar la a veces certera frase del poeta "cualquier tiempo pasado fue mejor". 
En resumen, ¡una jornada preciosa!

Cadillac solitario



Pareja de piraguas



¡Que viene la bicicleta!

Un puente con tres andarinas salerosas
El puro cielo iluminado de Madrid
El túnel, con su punto de fuga iluminado



Llegada a la presa de Picadas

Cactus de la presa, muy correcaminos

Belén comprobando los 6,3 kilómetros de ida

La vuelta





La preciosa vista desde el club, con Cristina en contraluz



Belén currándose las cañas 


Masticando y en la gloria. Al fondo, bandera 

El timón me tiene enamorada, y la vista del pantano, que aquí no se ve, es impresionante

Conversaciones en el paseo dan lugar a intercambios culturales en modo ikebana